Sin blockchain, cada organización maneja una base de datos separada. Blockchain, en cambio, utiliza un libro mayor distribuido que registra transacciones de manera idéntica en múltiples ubicaciones. Los participantes autorizados ven la misma información simultáneamente, garantizando transparencia. Cada transacción se registra de forma inmutable con fecha y hora, lo que permite acceder al historial completo y reduce casi por completo el riesgo de fraude.

Blockchain genera un registro de auditoría que documenta la procedencia de un activo en cada etapa de su trayectoria. En industrias donde los consumidores se preocupan por temas medioambientales o de derechos humanos, o en aquellas afectadas por falsificaciones y fraudes, esto ofrece pruebas claras.

Los procesos tradicionales llenos de papeleo son lentos, propensos a errores y suelen necesitar intermediarios. Al utilizar blockchain, las transacciones se completan de manera más rápida y eficiente. Se pueden almacenar documentos junto con los detalles de la transacción en la blockchain, eliminando el intercambio de papel. Esto reduce la necesidad de conciliar múltiples libros contables, acelerando la compensación y liquidación.

Los "contratos inteligentes" (programas que ejecutan acciones automáticamente) automatizan transacciones, mejorando la eficiencia y acelerando procesos. Al cumplirse condiciones predefinidas, se activa automáticamente el siguiente paso. Esto reduce la intervención humana y la necesidad de terceros para verificar el cumplimiento. Por ejemplo, en seguros, una vez que se entrega la documentación para una reclamación, el sistema liquida y paga automáticamente.